Contemplo el tiempo en que lo ví, con los ojos observadores, caminando sobre mi cuerpo, su mirada sombreaba un misterio, aquel gesto fijo, pegado hacia mis brazos; el miedo no cuadraba mis razones... Contemplo el tiempo que dije algunas palabras, y él se detuvo a decirme mucho más, aquella sonrisa deslizando mi nariz, las miradas se perdían en el bar... Me gustó más el asesino que el vino bebido por la mañana, me entregué al alva de aquel día, mientras lloraba mi alma en un beso totalmente seco.. No pude cargar con esa pena, vacié el costal y lo dejé por la mitad.. Contemplo el tiempo que lo despedí, el aire frío golpeando mi cara, sus ojos habian cambiado la forma de mirarme, seguía con hambre de mí, sin ser una carroña devoró algunas partes que bastaron para matarme.. La noche giraba entre sus manos, mantenía la mirada hundida, con los ojos ensangrentados lloraba mi muerte, alejándose entre risas... Pedía que viviera en secreto...
